La Tentación Vive Arriba

SINOPSIS

Como miles de neoyorkinos, Richard Sherman (Tom Ewell) se ha quedado trabajando en agosto mientras su mujer e hijos disfrutan de unas gratas vacaciones en la playa. Siguiendo las recomendaciones de su esposa, está dispuesto a dejar de fumar, de beber, a acostarse pronto y sobre todo a no echar una cana al aire. Pero la tentación aparece cuando conoce a una despampanante vecina (Marilyn Monroe)

CRITICA

Hay filmes que trascienden por lo que son y otros por lo que representan. La tentacion vive arriba pertenece al segundo grupo. Bien se nota que Estados Unidos era un país crónicamente reprimido a mediados de los años cincuenta, y para confirmarlo tenemos esta película del genial Billy Wilder -no de las más grandes, aunque sí de las más populares de su filmografía-, que habla precisamente del espíritu sexualmente adolescente de una nación enfrentada a la hipocresía de su decencia victoriana. El sexo opera en la imaginación, el adulterio es un bien deseado pero prohibido, la vecina de arriba que siempre tiene calor es el pastel que todo hombre quiere en su nevera, pero el terror satanizador que inspira el sexo (después de tantos años de Código Hays) le paraliza en el momento de poner sus manos donde larga y lascivamente ha puesto sus ojos. Corría el año 1955 y la caja de Pandora se había abierto, las “vergöenzas” del comportamiento sexual norteamericano habían quedado expuestas y Marilyn Monroe, estrella mundial por entonces, era la sublimación carnal de esa conducta en torno al deseo. Podemos fiarnos de Donald Spotto, biógrafo de la estrella, cuando asegura que por entonces “la cultura le estaba pidiendo a Marilyn Monroe más que a cualquier otro personaje popular”. Todo el sentimiento infantiloide respecto al sexo confluye en los labios temblorosos de la actriz y por ende en Hollywood (escaparate de los deseos que mueven el mundo) para llegar a La tentación vive arriba, que automáticamente se convirtió en un fenómeno social más que cinematográfico. Billy Wilder le confesaría años después a Cameron Crowe la baja estima que sentía por el filme: “No era más que una obra de teatro

ACTORES


Marilyn Monroe


Evelyn Keyes


Tom Ewell


Marguerite Chapman

ATRÁS