ELIZABETH TAYLOR

Elizabeth Rosemond Taylor DBE (Hampstead, Londres; 27 de febrero de 1932-Los Ángeles, California; 23 de marzo de 2011), también conocida como Liz Taylor, fue una actriz británica-estadounidense de cine, teatro y televisión. Desarrolló en Estados Unidos una carrera artística que se extendió por más de sesenta años, en la que adquirió popularidad principalmente como actriz en películas de Hollywood. Su primer papel en el cine fue en There's One Born Every Minute (1942) —para los estudios Universal Pictures—, junto a Hugh Herbert. Sin embargo, su período de mayor popularidad ocurriría a mediados de los años 1940, con largometrajes juveniles como National Velvet, de 1944. Desde la década de 1950, sus roles en cine fueron cada vez más importantes y fue reconocida por sus dotes interpretativas para el drama, consagrándose con películas como Father of the Bride (1950), A Place in the Sun (1951), Giant (1956), Cat on a Hot Tin Roof (1958), Suddenly, Last Summer (1959) y BUtterfield 8 (1960), por las cuales recibió una gran cantidad de premios y distinciones. Fue dirigida por prestigiosos directores como Vincente Minnelli o Richard Brooks, y actuó junto a actores como Spencer Tracy, Montgomery Clift, James Dean, Rock Hudson o Paul Newman. Su papel como Cleopatra en la accidentada y polémica película homónima de 1963 fue muy elogiado, al igual que su colaboración con Mike Nichols en Who's Afraid of Virginia Woolf? (1966), dirigida por Mike Nichols. En 1981 debutó en Broadway con The Little Foxes, por la cual recibió críticas favorables. A mediados de la década de 1980, se convirtió en activista a favor de causas humanitarias, especialmente la lucha contra el sida. El resto de su carrera estuvo ligado principalmente al medio televisivo, participando en telenovelas como General Hospital y All My Children, y en comedias como The Nanny. Su retiro de las pantallas se produjo en 2001 con la película para televisión These Old Broads. Entre sus múltiples premios ganó tres Premios Óscar (uno de ellos honorífico), cinco Globos de Oro, tres premios BAFTA británicos y el David de Donatello. Fue nombrada dama comendadora de la Orden del Imperio Británico, por lo que recibió el título de Dame, equivalente del masculino Sir. Reconocida por su espectacular y deslumbrante belleza, fue también sumamente popular por su tormentosa vida privada y su pasión por las joyas. En 1999 el American Film Institute la nombró como la séptima mejor estrella femenina de los primeros cien años del cine norteamericano

Primeros años

Elizabeth Rosemond Taylor nació en Hampstead, Londres. Fue la menor de los dos hijos de Francis Lenn Taylor (1897-1968) y Sara Sothern (de soltera Sara Viola Warmbrodt, 1895-1994), estadounidenses que residían en Inglaterra. El hermano mayor de Taylor, Howard Taylor, nació en 1929. Sus padres eran originarios de Arkansas. Francis Taylor era un marchante de arte y Sara era una exactriz cuyo nombre artístico era "Sara Sothern". Sothern se retiró de los escenarios en 1926, cuando se casó con Francis en la ciudad de Nueva York. Los nombres de Taylor son en honor a su abuela paterna, Mary Elizabeth (Rosemond) Taylor. Uno de sus bisabuelos maternos era suizo.

El coronel Víctor Cazalet, uno de sus amigos más cercanos, tuvo una influencia importante en su familia. Soltero adinerado, miembro del Parlamento y amigo íntimo de Winston Churchill, Cazalet era un gran apasionado del arte y el teatro y motivó a la familia Taylor a mudarse a América. Además, como un científico cristiano y predicador laico, sus vínculos con la familia eran espirituales. También se convirtió en el padrino de Elizabeth. En una ocasión, cuando ella estaba sufriendo de una infección grave cuando era niña, se mantuvo junto a su cama durante semanas. Ella "rogaba" estar en su compañía: «Madre, por favor llama a Víctor e invítalo a que venga a sentarse conmigo».

El biógrafo Alexander Walker sugiere que Elizabeth se convirtió al judaísmo a los 27 años y su apoyo permanente hacia Israel puede haber sido influenciado por las opiniones que escuchaba en casa. Walker señala que Cazalet realizó una campaña activa para una patria judía y su madre también trabajó en varias organizaciones benéficas, que incluía la recaudación de fondos de patrocinio para el sionismo.

A la edad de tres años, Taylor comenzó a tomar lecciones de ballet. Poco antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, sus padres decidieron regresar a los Estados Unidos para evitar hostilidades. Viajó primero con su madre y hermano, aterrizando en la ciudad de Nueva York en abril de 1939, mientras que su padre se quedó en Londres para concluir los asuntos en su negocio de arte, llegando en noviembre. Se establecieron en Los Ángeles, California, donde su padre abrió una nueva galería de arte, que incluía muchas pinturas que eran exportadas de Inglaterra. La galería pronto atrajo a muchas celebridades de Hollywood que apreciaron sus modernas pinturas europeas. Según Walker, la galería «abrió muchas puertas para los Taylor, llevándolos directamente a la sociedad del dinero y el prestigio» dentro de la comunidad cinematográfica de Hollywood.

Carrera cinematográfica

Comienzos

Poco después de instalarse en Los Ángeles, la madre de Taylor descubrió que la gente de Hollywood «habitualmente veían una futura película para cada cara bonita». Algunos de los amigos de su madre, e incluso extraños, insistieron en que Taylor hiciera una prueba de pantalla para el papel de la hija de Scarlett O’Hara en el filme Gone with the Wind (Lo que el viento se llevó), que estaba siendo filmada. Su madre se negó a la idea, pues nunca tuvo el interés de que su hija fuera niña actriz y en todo caso, su idea era volver a Inglaterra después de la guerra.

La columnista de Hollywood Hedda Hopper presentó a los Taylor a Andrea Berens, la novia de John Cheever Cowdin, presidente y principal accionista de Universal Pictures. Berens insistió a Sara que se tomase el tiempo de ir con su hija a ver a Cowdin, asegurando que la había deslumbrado la impresionante belleza de la niña. Metro-Goldwyn-Mayer también se interesó en Taylor al igual que Louis B. Mayer, cabeza del estudio. Como resultado de ello, tanto Universal Pictures como MGM tenían dispuesto ponerla bajo contrato. Cuando Universal se enteró de que MGM estaba igualmente interesada, Cowdin telefoneó rápidamente a Universal y le ofreció un contrato de siete años.

Taylor apareció en su primera película a la edad de nueve años en There's One Born Every Minute (1942), su única película de la Universal.

Algunos especulan con que ella no logró satisfacer las expectativas de Cowdin, y que ni siquiera sus hermosos ojos lo impresionaron. Los ojos de Taylor eran de color violeta, con una rara mutación que la hizo poseedora de una doble hilera de pestañas.

Progreso

Poco después de instalarse en Los Ángeles, la madre de Taylor descubrió que la gente de Hollywood «habitualmente veían una futura película para cada cara bonita». Algunos de los amigos de su madre, e incluso extraños, insistieron en que Taylor hiciera una prueba de pantalla para el papel de la hija de Scarlett O’Hara en el filme Gone with the Wind (Lo que el viento se llevó), que estaba siendo filmada. Su madre se negó a la idea, pues nunca tuvo el interés de que su hija fuera niña actriz y en todo caso, su idea era volver a Inglaterra después de la guerra. La columnista de Hollywood Hedda Hopper presentó a los Taylor a Andrea Berens, la novia de John Cheever Cowdin, presidente y principal accionista de Universal Pictures. Berens insistió a Sara que se tomase el tiempo de ir con su hija a ver a Cowdin, asegurando que la había deslumbrado la impresionante belleza de la niña. Metro-Goldwyn-Mayer también se interesó en Taylor al igual que Louis B. Mayer, cabeza del estudio. Como resultado de ello, tanto Universal Pictures como MGM tenían dispuesto ponerla bajo contrato. Cuando Universal se enteró de que MGM estaba igualmente interesada, Cowdin telefoneó rápidamente a Universal y le ofreció un contrato de siete años. Taylor apareció en su primera película a la edad de nueve años en There's One Born Every Minute (1942), su única película de la Universal. Algunos especulan con que ella no logró satisfacer las expectativas de Cowdin, y que ni siquiera sus hermosos ojos lo impresionaron. Los ojos de Taylor eran de color violeta, con una rara mutación que la hizo poseedora de una doble hilera de pestañas.

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